Westbrook, Irving y el lado oscuro de sus acciones

La temporada de la NBA empieza a tomar forma. Tras el día de medios celebrado por todas las franquicias a principios de esta semana, muchas preguntas encontraron respuesta, no sólo en las ruedas de prensa, sino también en la interpretación de las mismas.

Hubo quienes sonaron sinceros, otros no tanto. Hubo quienes se atrevieron a despejar dudas, otros evitaron meterse en líos. Hubo quienes vendieron historias que fueron desmentidas minutos después e incluso quienes trataron de ser políticamente correctos pero sucumbieron en el intento.

El caso de dos estrellas, cuyo brillo parece haber disminuido en las últimas temporadas, resultó emblemático: Kyrie Irving, por un lado, centrando parte de su diálogo con la prensa en las presiones recibidas por no estar vacunado contra el COVID. Y también la de Russell Westbrook utilizando respuestas correctas a preguntas punzantes, aunque el tono de las mismas y, sobre todo, los gestos realizados al escucharlas, indicaban algo diferente al compromiso que se pretendía vender.

En la mayoría de los casos, no se puede parecer políticamente correcto si no se es. Por ello, analizamos los casos de ambos jugadores que, quizá sin pretenderlo, mostraron el lado diferente y, si se quiere, algo más oscuro de sus respectivas personalidades.

Kyrie Irving: “hazte famoso y duérmete”.
Con la misma firmeza con la que defendió su postura de no vacunarse contra el COVID, Kyrie Irving no tuvo reparos en confiar a la prensa un dato que no se conocía: la posibilidad de firmar una extensión de contrato cercana a los 100 millones de dólares.

Según informó nuestro compañero Nick Friedell, el base afirmó haber renunciado a un contrato de “cuatro años, 100 y pico millones para decidir no vacunarse… esa fue mi decisión. Firmar o no el contrato, vacunarse o no vacunarse, el nivel de incertidumbre sobre mi futuro, si formaría parte de la liga, si jugaría en este equipo o en aquel… Tuve que lidiar con esa circunstancia de la vida real de perder mi trabajo por esta decisión”, dijo el base.

“Se suponía que íbamos a tener todo resuelto antes del campo de entrenamiento del año pasado”, añadió Irving. “Y simplemente no sucedió debido a la situación sobre si me vacunaría o no. Así que tuve que vivir con eso. Honestamente, fue una píldora difícil de tragar”.

Sin embargo, sus palabras no fueron atestiguadas por la opinión del GM de los Nets, Sean Marks, quien rechazó la idea de que Irving recibiera un “ultimátum” respecto a su contrato.

“Aquí no se dio ningún ultimátum”, dijo Marks. “De nuevo, todo se reduce al hecho de que quieres gente de confianza, gente que esté aquí y sea responsable. Todos y cada uno de nosotros: personal, jugadores, entrenadores, quienquiera que sea. No se trata de dar a alguien un ultimátum para que se vacune. Eso es una elección completamente personal. Apoyo a Kyrie. Creo que si él quiere, puede tomar esa decisión. Es una prerrogativa totalmente suya”.

Este contrapunto no hace más que mostrar el lado menos brillante de Irving a la hora de defender sus posturas: todo parece indicar que busca acomodar la situación a su antojo en lugar de contar todos los detalles de cómo fueron realmente las cosas.

En otra parte de la conferencia, se le preguntó si había interés de otras franquicias por ficharle en caso de que no ejerciera la opción de seguir en Brooklyn. “No muchos”, reconoció Irving, para luego admitir que había un estigma por parte de ellos sobre si se vacunaría o no, cuántos partidos se perdería en una temporada o incluso el compromiso que podría tener con su nuevo equipo en caso de seguir.

Lejos de ser injusto, este curso de acción parece ser una conclusión natural después de lo ocurrido la temporada pasada con los Nets. En esa misma temporada, Irving sólo pudo jugar en ciertos lugares como visitante, pero no en el estado de Nueva York, ya que el gobierno estatal declaró obligatoria la vacunación contra el Covid.

Irving, debería entender que su “mala reputación” se la ganó en gran parte por sus acciones y decisiones. Como dice el refrán: “Hazte famoso y duérmete”.

Russell Westbrook: “No se puede tapar el sol con un dedo”.
El caso de Russell Westbrook también es curioso. La pésima temporada que soportó en su primer año como jugador de los Lakers (la peor de su carrera) le llevó a un verano lleno de incertidumbre.

Desde la última rueda de prensa de la temporada pasada, en la que no dudó en descalificar al entrenador Frank Vogel, así como en afirmar que LeBron James y Anthony Davis no habían cumplido su compromiso de apoyarle en los malos momentos más con hechos que con palabras, su desinterés por seguir en el equipo era evidente. Quizás sea imposible tapar el sol con un dedo.

El único signo de alegría que mostró en el verano fue cuando recogió su player option y se aseguró los 47 millones de dólares del último año de su contrato.

A partir de ahí, todo fue duro para él: un episodio dantesco en el primer partido de la liga de verano de los Lakers en Las Vegas (con él en un extremo de la pista y LeBron en el otro sin hablarse), el despido de su agente de toda la vida por diferencias irreconciliables y los permanentes rumores de trade que, por cierto, continuaron en el día de los medios del pasado lunes.

En su diálogo con la prensa, Westbrook tenía una táctica clara: responder de forma breve, sin explayarse demasiado en las respuestas, eligiendo las palabras que le pintaran como alguien comprometido con lo que tendrá que afrontar en el futuro. Pero le faltó un detalle: el tono de sus respuestas y el lenguaje corporal.

El tono era claramente para responder a la defensiva, mientras que su lenguaje corporal le mostraba como alguien que no estaba realmente atento a lo que se le preguntaba, mirando a un lado y a otro, apartando la mirada de su interlocutor, entre otras cosas.

“Que me quieran aquí o no, realmente no importa. Mi trabajo es ser un profesional y presentarme a trabajar como siempre he hecho”, fue otra de las frases que lanzó al aire sin mencionar a ningún destinatario. Si trataba de ser políticamente correcto, estas declaraciones mostraban su otra cara. Y más allá de eso, cuando comenzaron los entrenamientos, los Lakers se encargaron de mostrar a un Westbrook sonriente en las redes sociales, mientras los entrenadores destacaban su actitud en los entrenamientos y declaraban su compromiso de aplicarse en defensa. Pero queda la duda de si los hechos coincidirán con sus palabras en el futuro.

Mientras tanto, también resuenan las declaraciones del GM Rob Pelinka sobre posibles cambios utilizando futuras selecciones de primera ronda del draft. “Tenemos a uno de los grandes jugadores en LeBron James en nuestro equipo. Se comprometió con nosotros con un contrato a largo plazo… Así que, por supuesto, haremos todo lo que podamos, incluyendo selecciones, para hacer cambios que nos den la oportunidad de ayudar a LeBron a llegar al final. Él se comprometió con nuestra organización. Eso tiene que ser un compromiso bilateral, y está ahí”.

En ese compromiso bilateral del que habla el GM, ¿se contemplará a Westbrook? O mejor dicho, ¿estará Westbrook involucrado en esos posibles cambios?

Hay preguntas que se responden incluso antes de ser formuladas.