Thompson y sus peores números

En este incipiente inicio de la temporada de la NBA, una de las primeras decepciones ha sido la de los campeones Golden State Warriors, que tienen un récord negativo y les está costando encontrar su ritmo, sobre todo en ataque; además de la resaca del título conseguido hace unos meses, uno de los aspectos que explican este mal comienzo es la aportación de Klay Thompson.

El escolta, habitual segundo máximo anotador de Golden State y que también brilla en defensa, ha comenzado la temporada con dificultades, lo que ha afectado al resto del equipo, como ha reconocido el propio entrenador Steve Kerr, aunque sin hacer saltar las alarmas porque sólo estamos en noviembre y el equipo de la Bahía necesita la mejor versión del 11 para los playoffs.

El compañero ideal de Stephen Curry fue pieza fundamental para el primer título de esta era de dominio de los Warriors en la 2014-15 y luego aceptó ceder protagonismo ante la llegada de Kevin Durant a la institución para lograr los campeonatos de la 2016-17 y 2017-18 y llegar a las Finales de 2019, donde cayeron ante Toronto.

En esa serie, Klay sufrió una lesión de ligamento cruzado anterior en la rodilla izquierda que lo dejó fuera por casi un año y cuando estaba de regreso, también se desgarró el tendón de Aquiles, lo que lo alejó de las canchas por una temporada más.

La plantilla notó su ausencia y la de KD, que se fue a los Brooklyn Nets: tuvo un récord de 15-50 en una 2019-20 truncada por la pandemia de Covid-19 y luego 39-33 en la 2020-21 para quedarse fuera de la postemporada.

Su esperada reaparición se produjo casi 31 meses después, el 9 de enero de 2022, y su presencia se notó de inmediato: Golden State volvió a los playoffs y el escolta pasó de promedios de 29,4 minutos, 20,4 puntos, 0,385 en triples y 2,8 asistencias en 32 partidos de temporada regular a 36, 19, 0,385 y 2,3, respectivamente, camino de otra conquista de Larry O’Brien.

Thompson brilló en el quinto partido de esas Finales contra los Boston Celtics, cuando anotó 21 puntos, incluidos cinco triples, para una victoria fundamental en la coronación de su equipo en el siguiente partido, fuera de Boston.

“La angustia que Klay sintió en los últimos tres años, la gente puede suponerla, pero nosotros la vimos de cerca, entre una lesión que le mantuvo fuera un segundo año y no hacer lo que más le gusta en la vida que es jugar, ha sido duro para él, así que su regreso fue especial para nosotros tanto dentro como fuera de la pista, por lo que significa para la organización, lo que ha hecho por este equipo y, por supuesto, su contribución”, le elogió Kerr todavía en el podio del TD Garden.

Con otro anillo en la mano, 32 partidos del calendario regular y 22 más de playoffs sobre sus hombros, parecía que en este 2022, Thompson estaba listo para continuar donde lo dejó en el lejano 2019, cuando lució contra Toronto en las Finales.

Sin embargo, no fue así, tras un par de actuaciones de más de 15 puntos ante Lakers y Nuggets, las alarmas se encendieron cuando aportó ocho ante Sacramento y luego apenas dos en una derrota ante Phoenix en la que incluso sufrió la primera expulsión de su carrera, tras una pelea con Devin Booker.

Aunque luego convirtió 19 contra los Heat en un par de ocasiones y después se destapó con 27 en la derrota ante Orlando, Klay no ha vuelto a ser el mismo y estuvo tres partidos sin superar los 20 de nuevo antes de convertir 41 contra Houston el domingo, lo que ha obligado a Kerr a darle descanso en algunas noches, con el objetivo de que recupere el ritmo y, sobre todo, su tiro.

“Confío en que Klay será capaz de salir de este momento o como quieras llamarlo, pero es una frustración que puedes sentir, puedes verlo en sus ojos, está frustrado, quiere que todo vuelva de inmediato y no funciona así, tienes que salir, jugar y relajarte, el balón volverá a él”, dijo el entrenador al programa Damon & Ratto de la emisora local 95.7 El Juego.

En lo que va de temporada, acumula los peores números desde su temporada de novato: promedia 29,2 minutos por partido, una cifra incluso inferior a los 32 partidos que jugó el año anterior, 39,3 en porcentaje de tiros de campo, cuando en toda su carrera nunca había tenido menos de 42.

En triples, su especialidad, convierte un 37,9 por ciento, un registro incluso inferior al 38,5 del año anterior y muy lejos de los 44 de la 2017-18; en cuanto a puntos anota 17,3 tras 15 partidos, cuando desde la 2013-14 no bajaba de 20.

Ese declive en ataque también se nota en el otro lado de la cancha, porque defensivamente, otra de las tareas en las que destaca, su rendimiento ha bajado y promedia 0,7 robos por partido, lo que solo se compara con lo ocurrido en la 2021-22, mientras que en bloqueos aporta 0,3, la misma cifra que en la 2011-12.

Todo esto no se ha visto reflejado en la producción general de Golden State, que tiene la sexta mejor ofensiva de la NBA en este arranque, es noveno en porcentaje de tiros de campo y segundo en triples, pero sí se nota en el récord del equipo, que no está entre los 10 mejores de la Conferencia Oeste y sigue con récord perdedor.

La producción ofensiva se recarga en Curry, acompañado por Andrew Wiggins y luego Jordan Poole, para promediar 66 unidades entre los tres, mientras que, en los otros rubros, Kevon Looney ha cumplido con su rol con los rebotes y Draymond Green como asistente, pero es Klay quien lleva a este equipo a otro nivel.

Por ello, las críticas no se han hecho esperar y uno de los más claros fue Charles Barkley, quien señaló que echaba de menos al jugador bidireccional que era Thompson antes de sus problemas físicos, para potenciar a Golden State tanto en ataque como en defensa.

Inmediatamente, la estrella tuvo una respuesta para los comentarios del ex jugador, “Tuve lesiones de ligamentos y de Aquiles en años consecutivos y aun así ayudé al equipo a ganar un campeonato, duele escuchar eso porque me esforcé mucho para volver a este punto, incluso es difícil poner en palabras lo que tuve que hacer para ser el jugador que soy, sólo jugué 55 o 57 partidos en tres años, dame un poco de tiempo para volver.”

A sus 32 años, se ha especulado con una retirada, aunque tiene contrato con la franquicia hasta 2023-24, lo que fue rápidamente desmentido por el número 11, que afirmó que no se despedirá cuando expire el acuerdo, que le generará 83,8 millones de dólares en los próximos dos años.

El escolta también admitió que no ha habido conversaciones para una posible renovación, en medio de las extensiones firmadas recientemente por Wiggins y Poole y las dudas que también rodean a la permanencia de Draymond Green en la franquicia, pese a ser otro de los pilares de los últimos éxitos.

Klay apuesta por recuperar su nivel esta temporada y demostrar su valía, sobre todo después del All-Star Game, cuando haya pasado el tiempo suficiente para recuperar el ritmo y se acerque la postemporada, porque los ‘Splash Brothers’ se caracterizan por conectar en la fase decisiva.

Golden State necesita que su base vuelva a la élite del Oeste y para ello, no sólo requiere de su aportación al ataque, sino que sea capaz de marcar al mejor anotador del rival y demostrar que tras dos duras lesiones, su talento está intacto y puede seguir siendo una pieza clave tanto a corto como a medio plazo en la Bahía.