Stephen Curry a la supremacía de triples

Parece que Curry estaba destinado a poseer la corona de los tres puntos en el baloncesto, pero aunque acaba de consolidar su estatus de mejor tirador (GOAT) de la NBA, casi no lo consigue.

La primera parte de su carrera profesional estuvo plagada de varias lesiones graves de tobillo, pero Curry atribuye a esa dolorosa época la motivación para alcanzar esta cima.

“Una de las narrativas es que casi descarrila toda mi carrera”, dijo Curry a ESPN, “pero también me dio los recursos que necesito para que todo funcione”.

Nueve años después de las pesadillas ortopédicas que le dejaron fuera de juego en múltiples ocasiones durante sus tres primeros años en la liga, aprecia cómo esa adversidad le retó a trabajar más duro y de forma más inteligente.

“Todas las nubes tienen un lado positivo, y así fue con el tobillo”, dice Curry. “Me dio un nuevo tipo de estrategia para el trabajo que hago, así que es bastante loco”.

Si no fuera por su primera operación de tobillo y su proceso de rehabilitación en 2011, Curry probablemente nunca habría conocido al compañero de entrenamiento que le ha ayudado a llegar hasta aquí.

En el verano de 2011, mientras Curry se rehabilitaba en Architech Sports and Physical Therapy en Charlotte, Carolina del Norte, tuvo un encuentro casual con Brandon Payne, un entrenador local que trabajaba con otros jugadores de la NBA.

“Un día cualquiera estoy allí, y llega B-Payne y se sienta delante y me dice: ‘Tengo algunos ejercicios mientras te rehabilitas'”, cuenta Curry. “‘No tienes que estar de pie, puedo mantener tu manejo de la pelota nítido, podemos trabajar en tus cosas de coordinación mano-ojo y puedes estar sentado en tu silla todo el tiempo'”.

Ninguno de los dos lo sabía entonces, pero ese encuentro de pie fue la chispa de una colaboración que alimentó una década de entrenamientos de temporada agresivamente innovadores que ayudaron a Curry a ascender a la cima de la montaña de los tres puntos de la NBA.

Hacer más triples que cualquier otro jugador en la historia de la NBA requiere una combinación de habilidades de tiro, creatividad y durabilidad. Tenía las dos primeras habilidades al salir de Davidson en 2009, pero el joven escolta seguía lesionándose. En su segunda temporada con los Warriors, Curry sufrió repetidas lesiones de tobillo que le llevaron a operarse por primera vez. Tras trabajar con Payne durante su rehabilitación, Curry regresó para la abreviada temporada 2011-12 debido al parón laboral, pero sólo jugó 26 partidos antes de volver a lesionarse el tobillo, lo que le llevó a una segunda operación.

El verano de 2012 fue un momento de encrucijada para la elección de la lotería con grandes sueños. En sus primeros años en la liga, Curry pasó tanto tiempo rehabilitándose como jugando al baloncesto.

Payne recuerda que Curry le dijo: “Ni siquiera recuerdo lo que es jugar al baloncesto sin rehabilitación”.

En sus tres primeros años en la liga, Curry promedió 124 triples por temporada. En sus 18 años de carrera, Allen promedió 165 por temporada.

Allen encestó 2.973 triples en parte porque su cuerpo aguantó. Jugó más de 46.000 minutos en 1.300 partidos de temporada regular a lo largo de su extraordinaria carrera. Allen nunca se perdió 40 partidos en una temporada. Curry lo hizo en su tercera temporada, y para apreciar plenamente lo que ha logrado, hay que echar la vista atrás para ver las dudas que rodeaban su potencial hace menos de una década.

En 2012, Curry firmó una extensión de cuatro años y 44 millones de dólares con Golden State que terminaría en la temporada 2016-17. Tras la reevaluación, ese acuerdo se convirtió en la mayor ganga de la liga en este siglo.

Al final de ese contrato de cuatro años, los problemas de tobillo habían desaparecido; sería campeón de anotación y dos veces MVP; cambiaría el deporte… y todo por 11 millones de dólares al año.

Han pasado nueve años desde que firmó ese contrato con los Warriors, pero el valor de la ampliación del contrato de novato de Curry es una prueba innegable de que pocos ejecutivos de la NBA, por no decir ninguno, lo vieron venir.

El triplete de Curry despegó en su cuarta temporada, gracias a unos tobillos más fuertes y a las herramientas de manejo de balón y creación de juego que habían estado perfeccionando en la temporada baja.

“Después de mi tercer año, Brandon se obsesionó con las diferentes formas en que se puede crear espacio fuera del regate”, dice Curry.

Durante las primeras cuatro décadas de la era del baloncesto de tres puntos, los tiros de tres puntos eran casi siempre asistidos, pero como jugador universitario, Curry desarrolló la habilidad de crear triples sin asistencia para sí mismo.

“Los dos primeros años en Davidson me dediqué sobre todo a atrapar y disparar y a trabajar sin balón”, explica Curry. “En mi tercer año, tenía mucho el balón en las manos, así que tuve que lidiar con mucha atención defensiva para crear espacio allí”.