Megacambio por Donovan Mitchell

Los Cleveland Cavaliers adquirieron a la estrella de los Utah Jazz, Donovan Mitchell, en un mega intercambio.

Los Jazz recibirán a Lauri Markkanen, Ochai Agbaji, Collin Sexton, tres selecciones de primera ronda no protegidas y dos selecciones de draft en la transacción.

¿Cuál es el impacto de esta mega transacción para los Jazz y para los Cavs? ¿Son los Knicks, que estaban interesados en Mitchell, los grandes perdedores?

1- ¿Por qué el intercambio es bueno para los Jazz?
Reconstruir no suele ser la palabra más codiciada en la NBA. Sin embargo, cuando un equipo se pasa varias temporadas apostando no sólo por ser un contendiente sino por tener la oportunidad de ganar un título y ni siquiera se acerca, tiende a convertirse en una obsesión.

Danny Ainge, el hombre fuerte de la franquicia, ha puesto el barco en la dirección de construir desde los cimientos un nuevo equipo. En un corto espacio de tiempo, convirtió a sus dos principales estrellas como Donovan Mitchell y Rudy Gobert en 7 selecciones de primera ronda del draft (con 3 posibilidades de intercambio) y 9 jugadores.

Está claro que Ainge se juega el futuro con Collin Sexton (72 millones de dólares por los próximos 4 años), mientras que intentará seguir buscando intercambios por sus jugadores veteranos como Mike Conley, Bojan Bogdanovic, Jordan Clarkson y Rudy Gay.

De momento, tiene una buena base de jugadores jóvenes (10 de ellos tienen 25 años o menos) sobre la que empezar a construir el nuevo equipo en los próximos años. Pero sobre todo, tendrá 15 picks de primera ronda entre 2023 y 2029.

Danny Ainge ya supo reconstruir a los Boston Celtics tras traspasar a Paul Pierce y Kevin Garnett. Aquella vez lo hizo acumulando selecciones del draft que le sirvieron tanto para hacer traspasos (Kyrie Irving) como para añadir talento a través del draft (Jason Tatum, Jaylen Brown, Marcus Smart) y atraer agentes libres.

Ya conoce la receta de la reconstrucción y tratará de repetirla en Utah. Habrá que ver si los Jazz vuelven a sonar afinados y exquisitos como antes. Pero sin duda, este cambio está en completa armonía con el plan que la franquicia decidió ejecutar.

2- ¿Por qué es bueno el trade para los Cavs?
Es bueno porque la franquicia se hace con un jugador All-Star ya más que contrastado, joven pero con experiencia, incluso de Playoffs, que rara vez se lesiona y que mantiene la regularidad en cada partido, mientras que los tres picks de primera ronda a cambio de los cuales los Jazz le enviaron a Cleveland son un ‘flyer’, pueden dar sus frutos o ser una anécdota más en la NBA.

Además, Donovan se incorporará a una plantilla que en las últimas temporadas se ha construido no en torno a un jugador, sino en torno a la propia franquicia. El ex de Utah tendrá como compañeros de equipo a jugadores jóvenes con mucho futuro como Darius Garland, Evan Mobley, Isaac Okoro o Jarrett Allen, por citar algunos, pero también podrá seguir aprendiendo de gente como Kevin Love, Rajon Rondo o Ricky Rubio.

Con su incorporación, los Cavs lucen sobre el papel como un equipo bien cimentado en sus dos primeras unidades y con un abanico de posibilidades para que el entrenador Bickerstaff (candidato a Entrenador del Año la pasada temporada), mueva sus piezas a placer y los de Ohio vuelvan a los Playoffs, instancia en la que no aparecen desde 2016.

3- Verdadero o falso: los Knicks son los grandes perdedores del cambio de rumbo.
Verdadero. Los Knicks llevan buscando una superestrella que lidere al equipo desde la marcha de Carmelo Anthony, y parecían tenerlo todo de cara para hacerse con el base de los Jazz y traerlo de vuelta a casa en lo que hubiera sido un movimiento celebrado por los aficionados de la ‘Gran Manzana’. Mitchell, de 25 años, tres veces All-Star y nativo de Nueva York, se convertiría instantáneamente en el mejor jugador de la franquicia, la piedra angular en su regreso a la competición seria.

En su lugar, los Knicks afrontan la campaña tras una serie de sólidos movimientos en la temporada baja, como el fichaje de Jalen Brunson (aunque la ampliación de RJ Barrett puede ser cuestionable), que les sitúa en un buen camino, pero sin la estrella que habría marcado la diferencia dentro y fuera de la cancha para deleite de sus aficionados. Más que nada parece una enorme oportunidad perdida en Nueva York.