James-Irving, ¿quién necesita más a quién?
Al igual que Kevin Durant, el otro protagonista de las novelas de la offseason de la liga, el base parece no estar del todo convencido de continuar su carrera en los Brooklyn Nets y se ha especulado mucho con que su próxima camiseta podría ser la de Los Ángeles Lakers donde se reencontraría con su viejo amigo LeBron James.
Aunque el futuro de Irving aún no está definido, en caso de unirse a los amarillos y púrpuras será el ‘bombazo’ del verano en la NBA, quizás más allá del destino final de KD.
¿Por qué?
Porque la aportación que un ahora mucho más experimentado Irving puede dar a los Lakers les catapultaría a la lista de favoritos al campeonato y sanaría, al menos sobre el papel, la pésima imagen dejada la pasada temporada, una de las peores para la franquicia (33-49; .402) en la que no se clasificaron para los Playoffs.
Formarían un ‘Big Three’ de lo más competitivo y completo: James, Irving y Anthony Davis; quizá el mejor para la temporada 2022-2023 que comienza en unos meses.
Sin embargo, antes de hablar de una posible ‘reconciliación’ James-Irving, hay que recordar el pasado de este dúo y los motivos, al menos los conocidos, que llevaron a su disolución.
El ex de Duke fue seleccionado con el 1er pick global por los Cleveland Cavaliers. Los Cavs tuvieron malos números durante los primeros años de Kyrie, terminando con 21, 24 y 33 victorias en sus tres primeras temporadas.
Sin embargo, esas tres primeras campañas de Irving en Cleveland fueron exitosas individualmente. Ganó el premio al Novato del Año, entró en el equipo del All-Star en dos de esos tres años y ganó el MVP del All-Star (2013-14).
Su destino y el de los Cavs dio un giro cuando LeBron terminó su ciclo con los Miami Heat para volver a su Ohio natal. Así comenzó su segunda etapa en la franquicia; era 2014.
Los Cavs llegaron a cuatro Finales de la NBA consecutivas, todas mientras LeBron estaba en el equipo. Kyrie jugó tres de esas temporadas ganando el título de la NBA en 2016 y parecía que el futuro del dúo era brillante en Cleveland. Se pensaba que la mayoría de los jugadores que acababan de llegar a tres Finales seguidas no se moverían….
Sin embargo, Irving pidió ser traspasado porque, al parecer, quería liderar su propio equipo y escapar de la sombra de LeBron James, que se refería a él como ‘The Kid’. Irving fue traspasado a los Boston Celtics, donde sólo jugó dos temporadas sin éxito. Su paso por Boston fue desconcertante para aficionados y críticos.
Irving se unió a los Nets en 2019 con una historia conocida que se puede resumir así.
Comenzó anotando 50 puntos en su debut.
Una lesión en el hombro le dejó fuera de juego durante 26 partidos a mitad de temporada.
La liga se detuvo por la COVID-19 pero Irving no se reincorporó en la burbuja de Orlando por lo que solo jugó 20 partidos en toda la temporada.
Para la 2020-21 fue nombrado All-Star, su séptima selección, y promedió 27 puntos por partido. También entró en el club 50-40-90, que es cuando un jugador acierta al menos el 50% en tiros de campo, el 40% en triples y el 90% en tiros libres.
Sin embargo, sólo jugó 54 partidos y se perdió los tres últimos de los Playoffs, ya que los Nets fueron eliminados por los Milwaukee Bucks.
La historia no mejoró para la temporada siguiente, cuando Irving ya tenía a KD y más tarde a James Harden.
Un apuro en el Play-in y la posterior barrida en primera ronda ante los Celtics fueron el principio del fin de lo que parecía llamado a ser un ‘Big Three’ de leyenda: Irving, Durant y Harden, mismo que ha tomado rumbos distintos con ‘La Barba’ negociando su renovación con los Philadelphia 76ers, mientras que Irving y KD tienen la atención y tienen a la NBA pendiente de su nuevo destino.
Y después de todo esto, Kyrie no ganó ningún título.
La historia de James fue muy diferente.
Llegó a los Lakers para la temporada 2018-2019, en la siguiente campaña ganó su cuarto campeonato, el número 18 para la franquicia angelina en la que ha roto récords y establecido otros.
Sin embargo, en la recta final de su carrera profesional LeBron, que por ahora parece no contemplar el retiro, buscará a toda costa un quinto anillo de campeón y para ello probablemente necesitará, por así decirlo a Kyrie. ¿Por qué?
La próxima temporada James tendrá 38 años y 20 en la NBA. Le queda un año de contrato con los Lakers y el próximo verano será agente libre a no ser que firme una extensión, que podría ser de dos años. Así que la siguiente parece ser la última oportunidad para que James gane un campeonato en la Asociación debido al roster que podría confirmar Los Ángeles con la llegada de Irving, porque si sigue jugando para compartir la cancha con su hijo, Bronny (entrará en el draft de 2024) antes de retirarse, difícilmente estará rodeado de tanto talento.