Hernández reflexiona sobre la carrera de Jeter

“Una de las primeras personas que me dio la bienvenida fue Derek Jeter”, recordó Hernández. “Aunque yo era mucho mayor que él y tenía más tiempo jugando al béisbol -jugar en las Grandes Ligas, y con los Yankees de Nueva York, era algo completamente diferente- y sentir que era bienvenido fue muy valioso para mí”, añadió.

“En ese momento era muy joven, pero ya empezaba a demostrar lo grande que sería en el futuro”, dijo Hernández, que debutó con los Yankees a mediados de la temporada de 1998, cuando Nueva York barrió a todos sus rivales de principio a fin, estableció un récord con 114 victorias en la temporada regular y cerró el torneo levantando el trofeo de campeón.

Hernández se unió al escritor y comentarista Enrique Rojas para hablar de sus años con el emblemático bateador de los Yankees. El encuentro, titulado “Recuerdos del Duque: El Capitán”, tuvo lugar en la tienda de puros “Top Cigars”, en la popular Calle Ocho de la Pequeña Habana de Miami.

“Lo principal que tiene es su personalidad. Aunque era muy joven y el idioma era un obstáculo entre nosotros, sabía cómo llegar. Jeter me saludaba diciéndome [en español] ‘todo bien’ como una forma de hacerme sentir cómodo”, dijo Hernández.

“Jeter me ayudó mucho. Cuando llegué me sentía como un niño de 15 años porque era un mundo nuevo, pero Jeter me ayudó mucho”, añadió Hernández, que tenía 32 años cuando llegó a las mayores.

Hernández, oriundo de Villa Clara, en la región central de la mayor de las Antillas, era uno de los mejores lanzadores cubanos de su generación en 1997, cuando tomó la decisión de huir del país para seguir los pasos de su hermano menor, Liván, que se había ido dos años antes.

“El Duque” firmó un contrato de cuatro temporadas y 6,6 millones de dólares con los Yankees en marzo de 1998 y, tras un tiempo de adaptación en las ligas menores, fue subido al club grande en junio para suplir la ausencia del estelar abridor David Cone, que recientemente había sido mordido en el dedo de la mano derecha por su perro.

En su primera salida, el 3 de junio contra los Tampa Bay Devil Rays, lanzó siete entradas de una carrera y siete ponches para demostrar que no estaría en el Bronx por una salida. El diestro se asentó en la rotación y tuvo un récord de 12-4, un ERA de 3,13 y fue cuarto en la carrera del Novato del Año.

Más importante aún, Hernández blanqueó a los Indios de Cleveland en siete entradas en la Serie de Campeonato y limitó a los Padres de San Diego a una carrera en siete actos en el Juego 1 de la Serie Mundial, que terminó en una barrida de 4-0 para Nueva York.

Fue el primero de los tres títulos de Hernández con los Yankees (1998, 1999 y 2000), que terminó con cuatro en su carrera (2005 con los Medias Blancas de Chicago), pero el segundo de los cinco que acumuló Jeter durante su gran carrera de 20 años en las Grandes Ligas, todos con el uniforme de rayas. Jeter, Novato del Año y campeón en 1996, también ganó en 1998, 1999, 2000 y 2009.

“Jeter se ganó el puesto de capitán por méritos propios. Recuerdo unas palabras que dirigió al equipo cuando estábamos abajo en la primera ronda de los playoffs de 2000 contra los Oakland Athletics. Fueron palabras inspiradoras que aún hoy me conmueven. Fue una de las reuniones más emotivas que tuvimos y nos hizo reaccionar”, dijo Hernández.

“Los equipos de pelota necesitan mucho de Jeter”, dijo.