Dominick Reyes recupera su amor por las MMA

Dominick Reyes comenzó a cuestionar su futuro y su amor por las artes marciales mixtas tras sufrir derrotas consecutivas en 2020 ante Jon Jones y Jan Blachowicz en combates por el título semicompleto de la UFC.

El peleador de origen mexicano, que estaba invicto en 12 peleas como profesional antes del año pasado, también tuvo problemas relacionados con la pandemia mundial, ya que su padre José se enfermó de COVID-19 mientras Reyes se preparaba para pelear con Blachowicz en septiembre.

Los resultados adversos dentro y fuera del octágono no sólo afectaron a su historial, sino también a su psique.

“Pensaba: ‘No puedo esperar a que se acabe mi carrera’. No sentía que valiera la pena [continuar]”, dijo Reyes en una entrevista con ESPN antes de su regreso al octágono este sábado contra Jiri Prochazka en el combate principal de UFC Fight Night.

Si bien es cierto que Reyes nunca ha manifestado públicamente su deseo de alejarse de las artes marciales mixtas, está claro que cuando se comprometió inicialmente a luchar contra Prochazka, el luchador de 31 años aún no había superado emocionalmente sus combates contra Jones y Blachowicz.

Por un momento, pareció que Reyes se disponía a optar por uno de sus diversos intereses en la vida, que van desde su pasión por los vehículos todoterreno, hasta la construcción y un nuevo amor por la poesía.

Finalmente, su padre se recuperó de la enfermedad, y mientras se preparaba a principios de este año para el combate de Prochazka, Reyes experimentó un giro emocional.

“Todo empezó a volver. De repente, vuelvo a aprender, vuelvo a disfrutar, noto mejoras y me divierto. Así es como todo empezó a volver”, dijo Reyes.

Aunque no es el favorito en las apuestas en el combate contra el ex campeón de Strikeforce y Rizin, Reyes cree que es su oponente quien se enfrenta a un reto superior.

Después de todo, el estilo explosivo de Reyes le ha llevado a conseguir siete nocauts y dos sumisiones en 12 victorias profesionales. Incluso su derrota ante Jones en febrero de 2020 puede considerarse un listón en su carrera, ya que fue una pelea extremadamente reñida que se decidió en las tarjetas de puntuación contra uno de los mejores luchadores de la historia de la UFC.

Un rápido vistazo a sus mejores momentos es capaz de convencer a cualquiera de que Reyes, dos veces ganador del premio UFC Performance of the Night, es digno de su apodo “The Devastator” y que una victoria sobre Prochazka puede ponerlo en camino para otra pelea por el título.

“No necesito demostrar nada, ni siquiera a mí mismo”, expresa Reyes. “Ya he subido la montaña y me he ganado el respeto del mundo. Todo lo que necesito es tocar la cima. No hay necesidad de [añadir] esa presión extra sobre mí”.

Su rival, de 28 años y natural de la República Checa, ha aterrorizado a sus oponentes al acumular 24 nocauts en 27 victorias en combates organizados por diferentes promotores. Sin embargo, Reyes cree que Prochazka aún no se ha enfrentado a alguien de su nivel.

“Nunca se ha enfrentado a alguien con una condición atlética igual a la suya, nunca. Eso es un hecho”, dice Reyes. “Se ha librado de ser mejor luchador y atleta [dentro del octógono] durante mucho tiempo. Pero ahora te enfrentas al tercer mejor del mundo, amiguito. Si no te aprietas, va a ser una noche larga para ti? O una noche corta”.

Debido a sus dos derrotas consecutivas, Reyes es consciente de que esta pelea representa una obligación para él, más que en cualquiera de sus anteriores enfrentamientos mundiales en la UFC, siempre definidos por los resultados más inmediatos. Otro revés podría hacer descarrilar sus sueños de título. Existe la posibilidad de que, con un luchador de la talla de Prochazka, una derrota signifique también sufrir un nocaut.

Al principio de la carrera de Reyes, el mero hecho de pensar en una derrota (por no hablar de tres seguidas) era un golpe para una máquina bien engrasada. Según admite el propio púgil, la racha de derrotas le habría hecho entrar en una espiral de dudas. Escucharle ahora lleno de confianza y optimismo contrasta con su estado mental y emocional durante 2020. Entre otros factores, Reyes atribuye el cambio a su familia y a su herencia mexicana.

“Si tienes sangre mexicana en el cuerpo, eres duro. Automáticamente”, señala Reyes. “Para mí, mi herencia representa, sencillamente, ocuparse de sus asuntos. Es una actitud de ‘nunca te rindas’. Pasarán cosas, siempre habrá problemas, y [hay que] seguir luchando”.

Antes de enfrentarse a Jones y Blachowicz, Reyes dice que estaba luchando por “todas las razones equivocadas”, lo que hacía más difícil una situación ya complicada, añadiendo lo que él llama estrés y presión innecesarios. Ahora, a una distancia prudencial del título, Reyes ha aprendido del pasado y de sus errores.