Berlanga es realmente ‘El Elegido’ para ser la próxima estrella
Ser llamado “elegido” en el feudo de un tipo llamado Tito Trinidad no es muy creíble. Pero es lo que hay, como dirían los americanos (It is what it is).
Edgar Berlanga (18-0-0, 16 KO’s), que tiene su primer evento principal en el Madison Square Garden de Nueva York este sábado 19 de marzo contra Steve Rolls (21-1-0, 12 KO’s) en un cartel de Top Rank, fue rebautizado así y no tiene más remedio que intentar estar a la altura de las altas expectativas.
Hasta ahora no lo ha hecho mal. Todo lo contrario. Su carrera en el boxeo de pago ha sido un torbellino, noqueando a sus primeros 16 oponentes en el primer asalto, y a simple vista parece que podría convertirse en la próxima gran estrella que anhela el boxeo masculino puertorriqueño. El poderoso peso supermedio no ha peleado desde que se sometió a una operación para reparar un desgarro en el bíceps izquierdo sufrido en su victoria por decisión sobre Marcelo Esteban Coceres en octubre.
Desde que Miguel ‘Junito’ Cotto (41-6-0, 33 KO’s) se retiró en 2017, buenos prospectos han levantado la mano para llenar el vacío, aunque por una u otra razón se han quedado en el camino.
En busca de una mirada más cercana y para entender la responsabilidad que tiene en sus puños, preguntamos a tres expertos de la Isla del Encanto si creen que Berlanga es realmente el ‘Elegido’ para ser la próxima gran superestrella del boxeo masculino puertorriqueño.
La respuesta, simple y concisa, es NO. Y eso no va en detrimento de Berlanga. Simplemente son zapatos muy difíciles de llenar. Wilfredo Gómez paralizó al país cuando peleó, ya sea en horas felices -léase Carlos Zárate- o en las peores contra Salvador Sánchez.
Tito Trinidad provocó, en su pelea contra Óscar de la Hoya, el primer paro masivo de su tipo -y más aún, genuino, espontáneo, de madrugada y sin planificar-. Miguel Cotto heredó el trono, a sangre y fuego aún sin el carisma de su antecesor. Félix Verdejo era el siguiente, pero arruinó su carrera, y lo que es peor, su vida y la de los demás.
Berlanga tiene un largo camino por recorrer. Puede ser campeón y escribir su propia historia en los libros del boxeo puertorriqueño, pero eso no es suficiente. Una larga cadena de nocauts en el primer asalto dice más del calibre del perdedor que del vencedor. Puede pasar mucho tiempo antes de que surja el próximo ídolo del boxeo puertorriqueño. Son los propios aficionados los que determinan cuándo y a quién otorgar esa distinción, y pretender hacerlo con urgencia puede llevar a ungir ídolos de barro.
Cuando le oí decir en una de sus últimas visitas a la isla que Tito Trinidad era su ídolo, me confirmó el tipo de ambición que tiene.
Comenzó su carrera con 16 nocauts consecutivos en el primer asalto. Luego ganó sus otros dos combates por decisión. Pero en lugar de celebrarlo, admitió que fue una “lección” para él. No le gusta decepcionar a sus fans. Por eso afirmó hace unas semanas que, para esta pelea [contra Rolls], se centró al 100% en el boxeo. No sé si eso significa que no lo hizo antes, pero lo que sí significa es que está volviendo a su antigua ruta de noquear a cualquiera que se interponga en su camino. Eso se suma a la etiqueta de “próxima” estrella puertorriqueña.
Tito Trinidad es el Maradona del pueblo en la isla. No hay ningún deportista en Puerto Rico con tanto impacto en la calle, entre la gente, como Tito. Berlanga puede haber nacido en Nueva York, pero es tan puertorriqueño como todos los demás en la isla. Y si sigue aumentando su currículum …. es inevitable que se cruce con Canelo en el futuro. ¿Te lo imaginas? Justo lo que necesitan los fans del boxeo puertorriqueño.
Todavía no se puede asegurar. Su historial, y especialmente esas primeras 16 peleas ganadas por nocaut en el primer asalto, son un testimonio de su potencial y poder de pegada.
Sin embargo, Berlanga comienza ahora una etapa de su carrera en la que los rivales experimentados pueden exigirle más y tiene que demostrarles de qué está hecho, que tiene otras formas de ganar combates y que su récord es una realidad y no un espejismo.
En la historia del boxeo hay muchos casos de púgiles que la rompen en sus primeras 15 o 20 peleas y luego se encuentran con púgiles con dos o tres derrotas, que conocen a Satanás y vienen sin ningún miedo a jugársela. Así he visto caer a los próximos Gómez, Tito Trinidad y Miguel Cotto. Si Berlanga supera ese nuevo nivel, entonces podrá pensar y responder a esa pregunta.