Terceras opciones para protagonizar la NBA

Mientras tres hombres grandes se disputan la etiqueta de mejor jugador de la NBA, tres jóvenes bases se roban el protagonismo a medida que avanza la postemporada.

En primer lugar, Tyrese Maxey, uno de los mayores -si no el mayor- descartados como finalista al Jugador Más Mejorado del Año. Su rápido ascenso demuestra por qué los Philadelphia 76ers no escatimaron a la hora de desprenderse de Ben Simmons.

Por otro lado, el escolta Jalen Brunson, mantiene a los Dallas Mavericks en su serie de playoffs contra los Utah Jazz, ya que regresa la superestrella Luka Doncic.

Y por último, Jordan Poole, seleccionado en la 28ª ronda del Draft 2019. De jugar en la G-League, ahora es el líder de la ofensiva de los Golden State Warriors junto a Stephen Curry, su maestro.

Qué han hecho para llegar a estas instancias? Este es el análisis de nuestros expertos.

Maxey le roba la atención a Harden

Aunque el foco de atención de los 76ers está en su big man y candidato a MVP, Joel Embiid, la suerte del equipo en los playoffs siempre iba a recaer en los hombros de un jugador de perímetro que se emparejara con Embiid para superar los retos del camino. Para eso llegó James Harden, ¿no?

Bueno, el concepto -en teoría- sigue siendo el mismo. Pero es Maxey, no Harden, quien ha surgido para aceptar y deslumbrar en dicho rol. Perdido un poco en el drama que supuso la saga de Ben Simmons y la llegada de Harden, el desarrollo de Maxey es quizás el aspecto más importante de la temporada de los Sixers.

El veloz base de segundo año dio un salto significativo desde su temporada de novato (8,0 PPJ a 17,5 PPJ) antes de brillar con 38 y 23 puntos en los dos primeros partidos de la serie contra los Raptors. Y lo que es mejor, con sólo 21 años, su juego sigue en plena forma, lo que justifica la emoción en el presente (especialmente si Harden sigue pareciendo fuera de ritmo) y la promesa en el futuro como pareja de baile de Embiid. (Víctor López)

Brunson se ‘disfraza’ de Doncic

El base de los Mavericks está jugando su mejor baloncesto desde que el entrenador Jason Kidd tomó las riendas esta temporada.

Brunson se convirtió el lunes en el primer jugador en la historia de los Mavs en los playoffs en registrar al menos 40 puntos, cinco rebotes e igual número de asistencias sin cometer una sola pérdida de balón desde que esa estadística comenzó a recopilarse oficialmente en 1977-78.

Brunson, un producto de Villanova de 1,90 metros en la NCAA, fue seleccionado por Dallas en la segunda ronda del draft de 2018. Ahora, con 25 años, probará la agencia libre en su mejor momento. Los Mavs saben que tienen que desembolsar un buen dinero si quieren que se quede en Dallas, ya que tendrán competencia en la agencia libre. Ya han hecho los deberes al desprenderse del salario de Kristaps Porzingis.

Poole hace su mejor imitación de Curry
Si los Warriors parecían sólidos y como firmes candidatos al título con el ‘Big Three’ formado por Curry, Klay Thompson y Draymond Green, ahora hay que sumar a Poole, al que podríamos llamar el ‘tercer Splash Brother’.

En lo que va de Playoffs (dos partidos contra Denver) el escolta de tercer año está registrando unos números que si se mantienen en lo que viene harán al equipo de San Francisco casi invencible. No habrá forma de parar a sus tres certeros tiradores.

En sólo dos partidos de playoffs, Poole está anotando 29,5 puntos por noche frente a los 18,5 que registró en la temporada regular jugando sólo dos minutos más por partido (30,0 minutos en la temporada regular frente a 32,0 minutos por noche en la postemporada).

Esa cifra es producto de la mejora en casi todos los aspectos que está registrando el graduado de Michigan. En tiros de campo ha pasado del 44,8% (temporada regular) al 65,5% (Playoffs); del 36,4% en triples, al 58,8%. Su ‘mancha’ es que desde la línea de tiros libres registró un 92,5% en la fase regular y ante los Nuggets ha bajado al 91,7% (nada que reprocharle, claro).

Habrá que estar atentos a lo que siga haciendo Jordan en sus ‘partidos Poole’ durante los Playoffs y si todavía tiene que alcanzar su techo. (Rolando del Bosque)