5 grandes hazañas de su carrera
El mundo del béisbol conoce bien la carrera de Cabrera desde aquel junio de 2003 en que irrumpió en las mayores como uno de los mejores prospectos del béisbol con los Marlins a la edad de 20 años. Hoy en día es, en su hoja estadística y en su currículum, un miembro seguro del Salón de la Fama, ya que es el séptimo entre más de 20.000 peloteros en alcanzar los 3.000 hits, incluyendo más de 500 jonrones entre ellos.
Mira esta lista: Hank Aaron, Willie Mays, Albert Pujols, Eddie Murray, Rafael Palmeiro y Alex Rodríguez.
Hoy la pregunta es. Más allá de esos 3000 hits y 500 jonrones, ¿cuáles son los 5 aspectos más relevantes de la carrera de Miguel Cabrera como jugador? No incluiré grandes momentos como el famoso jonrón contra Roger Clemens en la Serie Mundial de 2003 que dio lugar al último título de los Marlins, o llevar a Detroit a la Serie Mundial de 2012 donde perdieron ante unos inspirados Gigantes.
Aquí les dejo, según la perspectiva de este humilde escritor que ha seguido la carrera de Cabrera desde incluso antes de firmar con los profesionales, las razones más contundentes para que ese flaco de Maracay sea considerado y recordado entre los mejores peloteros de todos los tiempos.
- El club de los 1.800 jonrones
“Una vida no es importante sino por el impacto que tiene en otras vidas” fue una de las frases más famosas de Jackie Robinson, por lo que el juego colectivo es tan importante como los logros personales, y a pesar de las nuevas métricas del béisbol que ponderan otras contribuciones ofensivas con variables que antes no se tomaban en cuenta, las carreras bateadas siguen siendo una de las favoritas de los peloteros.
No hay nada como ser el hombre que pone las carreras en el marcador para lograr una victoria y Cabrera ha estado entre los más grandes de la historia del deporte en esta categoría. Sólo 22 bateadores, incluido Miguel, han superado la marca de 1.800 carreras impulsadas. Hombres como Reggie Jackson, David Ortiz y Sammy Sosa, a pesar de haber llamado a la puerta, no están en el club de la élite.
Cabrera superó las 1.800 el año pasado y en sus 15 años en Detroit es el 5º en la historia de la franquicia, prácticamente el único en la era moderna, detrás de iconos de este histórico equipo que ha tenido portadores de este uniforme de por vida como Ty Cobb, Al Kaline y Charlie Gehringer.
Es sólo uno de los cuatro jugadores nacidos en América Latina en este grupo: Pujols, Palmeiro y Manny Ramírez, todos con pedigrí inmortal.
- 20 temporadas en la MLB
Desde mi punto de vista, el propio béisbol es una lucha constante contra la longevidad. Cada día en un campo de las Grandes Ligas es un día de éxito. El solo hecho de estar en la lista activa por un día es la meta y el logro de toda la vida de muchos peloteros a lo largo de más de 150 años.
En el caso de Cabrera, sabíamos que sería un jugador de impacto por su talento natural, pero era casi impensable que superara a Luis Aparicio, que durante décadas fue el venezolano con más temporadas en la MLB. Cabrera está jugando su vigésima temporada en las mayores, superando las 18 del único venezolano en Cooperstown. Sin embargo, ambos son superados por Omar Vizquel que acumuló 24 temporadas y que hasta la semana pasada era el extranjero con más juegos en la historia de la MLB, superado hoy por Albert Pujols.
Para el número de jugadores latinos firmados en la historia, la probabilidad de jugar en las Grandes Ligas es menor al 10%. El cálculo de la probabilidad de jugar 20 años en las Grandes Ligas no debería superar el 1%. Alcanzar esta cifra es sinónimo de compromiso, persistencia, conducta y liderazgo.
Todo esto lo cumple Miguel, quien a su vez ha superado problemas legales y personales fuera del campo, lesiones e inconsistencias ofensivas.
- Promedio de por vida de .310
En una época en la que el promedio de bateo es una consideración secundaria y a pesar de las razones sabermétricas que consideran de mayor valor estadísticas como el OPS y el porcentaje en base, incluso en la psique colectiva del “béisbol mundial”, batear durante tres de cada diez entradas sigue siendo motivo de elogio.
Es una muestra de la gran dificultad deportiva y mecánica de la acción de batear y más aún en lo que se considera en este deporte que es la consistencia ofensiva: 3 aciertos y 7 fallos por cada 10 oportunidades.
Ningún otro deporte permite tantos fallos. Cualquier cifra fraccionaria que supere los 3/10 y que en rachas de 4 y 5 aciertos de cada 10 at-bats es extraordinaria.
Cabrera es el actual líder en promedio de bateo entre los 1200 jugadores activos de las Grandes Ligas con .310. En 11 de sus 20 temporadas, incluyendo la actual, ha acumulado un promedio superior a .300, incluyendo 4 títulos de bateo, el más alto con .348.
Miggy sería agente libre a finales de 2023 y todo indica que el próximo año es su despedida a los 40 años. Tendría que tener dos temporadas extremadamente improductivas para bajar su promedio de por vida a .300. En 2022 ha empezado mucho mejor que sus dos últimas temporadas y parece estar en mejor forma física, lo que no sólo es una buena noticia para Detroit, sino que podríamos ver un destello en el final de la carrera de este jugador estrella.
Albert Pujols después de su 21ª temporada bajó su promedio de por vida de la marca de .300. Sus seis temporadas anteriores a 2021 fueron realmente improductivas, bateando sólo .247. Ese no parece ser el caso de Cabrera, quien busca terminar su carrera con el actualmente subestimado, pero muy deseado promedio de por vida de .300.
- La Triple Corona
Quien tenga la edad suficiente para recordar la temporada 2012 (si no se ha dado cuenta, han pasado 10 años) disfrutó plenamente de un acontecimiento que rara vez se da en el béisbol: la Triple Corona de bateo.
Liderar la liga en promedio, jonrones y carreras bateadas para el mundo sabermétrico es de importancia secundaria. Pero para el aficionado común y para los peloteros, poder liderar la liga en estas categorías en la misma temporada y más aún jugando 161 partidos es algo sumamente extraordinario.
Repito, EXTRAORDINARIO, DE OTRO PLANETA. No lo digo yo, lo dicen decenas de peloteros que han compartido campo en estas dos décadas con Cabrera. El adjetivo más usado para Miggy en un campo es: EXTRATERRESTRE.
Una vez su compañero Víctor Martínez, uno de los mejores bateadores latinos de las últimas décadas dijo: “Lo llamo Miguel de la Luna porque realmente no me explico cómo puede batear ciertos lanzamientos a este nivel con tanta facilidad. Su dominio de la zona de strike es de otro mundo. Ve el bateo de una manera muy diferente al resto de nosotros y cuando nos lo explica piensa que todos lo vemos como él, pero no se da cuenta de su extraordinario don para golpear una pelota”.
Es tanta su maestría y visión que en una ocasión Cabrera argumentó al árbitro principal de un partido que la caja de bateo estaba mal marcada. ¡Mal marcada a nivel de las Grandes Ligas! Tal era su certeza que los árbitros pidieron que se midieran las rayas y las distancias en el campo y efectivamente encontraron que la caja de bateo estaba a centímetros de la legalidad, por lo que tuvieron que esperar a que la caja fuera marcada nuevamente por Cabrera. Si aún no has visto este episodio, te invito a que lo busques en YouTube y te sorprendas.
En 2012 logró esta hazaña reservada a los caballos que ganan las tres primeras carreras en las carreras de caballos estadounidenses. Es algo tan fuera de lo común en el béisbol que sólo ha ocurrido en la Liga Nacional y Americana combinadas 15 veces, y fue la primera vez desde que Carl Yastrzemski lo hizo en 1967 con Boston.
Para lograrlo hay que ser un bateador promedio y de poder, hacerlo de manera consistente durante 6 meses al más alto nivel, y a la vez ser certero en la capacidad de remolque, primero en poner a los compañeros en circulación y segundo tener el “clutch” para llevarlos al plato y generar carreras.
Es normal que cuando vemos bateadores de poder hoy en día su promedio ofensivo no compita por el título de bateo, por razones del ángulo de despegue que estilan los bateadores de jonrones de hoy en día o la búsqueda de mover corredores que persiguen los jugadores de poca potencia de hoy en día. La combinación de ambos no es habitual y está reservada a las superestrellas que van camino del Salón de la Fama. Un ejemplo de la nueva generación: Vladimir Guerrero Jr.
Miguel juega con el piloto automático. Aprendió a batear pronto, trata de ser consistente en base a los entrenamientos, lucha con las inclemencias de la vida activa y sigue disfrutando del campo de juego y del ambiente del béisbol. Entiende su impacto y su importancia, pero ante tal dominio y con una zona de confort tan grande, tiene poca capacidad de asombro ante lo que puede hacer o dejar de hacer.
- WAR de 68,8
Ahhh, el “Wins Above Replacement”, la medida estrella de la sabermetría que da un valor numérico a un jugador según su aportación al equipo en comparación con un jugador medio. Cabrera acumula 68,8 en sus 20 años de carrera, la cifra más alta entre los más de 440 venezolanos de la historia.
Vayamos más allá. El líder de WAR de todos los tiempos es Barry Bonds, casi tocando por encima de Babe Ruth con 162,8 y 162,7 respectivamente.
Algunos dirán: ¿Pero Cabrera, con todos sus at-bats, tiene sólo 68?
Miguel ocupa el puesto 76 de todos los tiempos. Es decir, entre más de 20.000 jugadores en la historia del béisbol de las Grandes Ligas, sólo 124 tienen más de 60 puntos de WAR (o victorias). De hecho el 124 de la historia es nada menos que un tal Ichiro, superando por poco a un tal Vladimir Guerrero Sr.
El valor de Cabrera para sus equipos está al nivel de Tony Gwynn, Manny Ramírez, superó a Eddie Murray y a un tal Roberto Alomar. Estamos hablando de un nivel de Salón de la Fama. Sus estadísticas en algún momento de su carrera son comparables a las de Ted Williams y Hank Aaron. Así de grande ha sido su carrera.
De todos los titulares en Cooperstown, su WAR ocupa el puesto 11 si lo colocamos entre sus 23 compañeros de posición entronizados, cuyo WAR promedio es de 65,5.
Su valor intangible vive en Comerica Park. Durante los últimos 15 años ha sido el alma y la marca del béisbol de Motor City, la camiseta más vendida, el jugador al que los niños quieren ver y del que ansían un autógrafo o una foto. Cuando llegue al final del camino habrá dejado un legado que será difícil de superar a corto y medio plazo en esta organización.
Y si todo sale bien y su enfoque se mantiene en una conducta ejemplar fuera del campo, será un integrante de la primera boleta del Salón de la Fama y en teoría el segundo venezolano en ser inmortalizado, un logro muy esperado para su país que entre tantos éxitos individuales en el béisbol aún no ha celebrado una inducción a Cooperstown desde 1984.