Francisco Lindor honra sus raíces
Mucho antes de que Francisco Lindor se convirtiera en el “Sr. Sonrisa”, la estrella de las Grandes Ligas con un pelo de colores y un inconfundible sentido de la moda era conocido por los residentes de su Caguas natal, Puerto Rico, como un joven pelotero talentoso pero tímido apodado “Paquito”.
Hoy, Lindor tiene 27 años y acaba de firmar un contrato de 10 años y 341 millones de dólares con los Mets de Nueva York, el más lucrativo para un campocorto en la historia de las Grandes Ligas. Sin embargo, recuerda con orgullo su modesta crianza en Caguas. Creció jugando al béisbol en los terrenos de Villa Blanca, a poca distancia de una tienda local llamada Al’s Sport Shop. A menudo, Lindor iba con sus padres a comprar los implementos que él y su hermano necesitaban para aprender el deporte de los diamantes.
“Cuando entrabas, en el lado derecho, estaban todos los guantes, los bates, los guantes de bateo…”, recuerda Lindor. “Y luego, si ibas al siguiente pasillo, estaban todas las zapatillas de tenis. Era genial ir a esa tienda. Pero la mayoría de las veces teníamos que esperar hasta la siguiente quincena. No podíamos comprarlos de inmediato”.
María y Miguel, los padres de Lindor, compraron el equipo de béisbol de su hijo pagando cuotas bimensuales, utilizando el sistema de cuotas de la tienda. A día de hoy, el campocorto que ha sido invitado cuatro veces al Juego de las Estrellas recuerda con alegría la sensación que sentía cuando por fin podía ponerse un par de “ganchos” recién adquiridos en la tienda de Al.
“Íbamos cada 15 días, pagábamos 10 o 20 dólares y finalmente en tres meses los tenía en mis manos”, declaró Lindor. “Así es como mis padres compraron la mayoría de mis cosas. Y estoy muy orgulloso de ello. Es parte de mis raíces. Es parte de mí”.
La tienda Al’s sigue abierta en Caguas. Sólo que ahora, los niños traen a sus padres a comprar la línea de zapatos y mercancía que lleva el nombre de Lindor. En marzo pasado, New Balance lanzó el modelo de zapatillas Lindor 1; las primeras que llevan el nombre del astro puertorriqueño, con o sin tacos, para usar dentro o fuera del diamante. Actualmente, Lindor es el único jugador latino en las Grandes Ligas con su propio modelo de calzado.
“Tener mi propia línea de tenis significa mucho para mí”, dijo Lindor durante una entrevista con ESPN Deportes y The Undefeated por el Mes de la Herencia Hispana. “Tiene un lugar especial en mi corazón. Sé que toda mi familia está orgullosa. Obviamente, los picos son para Puerto Rico”.
Los clavos de Lindor incorporan dos correas de sujeción: la primera para añadir estabilidad al mediopié y otra para sujetar el tobillo, añadida después de que Lindor sufriera un esguince durante el proceso de diseño. La correa del tobillo es extraíble y está pensada para facilitar su uso cuando se patrulla en todas las posiciones del terreno. La zapatilla también está adornada con gráficos de hibiscos puertorriqueños. De este modo, Lindor rinde un homenaje permanente a su tierra natal en sus pies.
“Estoy muy orgulloso de ser puertorriqueño, y quería enviar un pequeño mensaje a todos los niños. Que si yo lo logré, viniendo de un lugar modesto, entonces es posible”, dijo.
El nuevo modelo llega al mercado cuatro años después de que Lindor firmara un contrato con New Balance para encabezar la expansión de la compañía en el mundo del béisbol. El campocorto es uno de los tres jugadores de origen latino en la historia de las Grandes Ligas que tiene su propio modelo de calzado, y el primero en dos décadas. En 1999, un año después de recibir el premio al Jugador Más Valioso de la Liga Nacional, el siete veces All-Star Sammy Sosa, oriundo de la República Dominicana, lució su primer modelo de zapatillas, con versiones con y sin clavos, llamado Fila Sosa. En 2001, el fabricante italiano lanzó un modelo de entrenamiento: las Sosa Strength.
Roberto Clemente, el difunto jardinero derecho de los Piratas de Pittsburgh, incluido en el Salón de la Fama en 1973, fue el primer jugador latino de la historia de las Grandes Ligas de Béisbol en tener una zapatilla deportiva con su nombre. Las zapatillas de Clemente, fabricadas por una empresa llamada Super Pro, se lanzaron exclusivamente en su Puerto Rico natal en 1972. La producción del modelo se detuvo definitivamente después de la trágica muerte de Clemente a la edad de 38 años, como resultado de un accidente de avión en la víspera de Año Nuevo de ese año mientras se dirigía a ayudar a las víctimas del terremoto en Nicaragua.
Casualmente, Al’s Sport Shop abrió sus puertas en diciembre de 1972, el mismo mes de la muerte de la mayor leyenda del béisbol de Puerto Rico. Edgardo Colón, actual gerente de Al’s, empezó a trabajar en la tienda en 2003. Todavía recuerda las frecuentes visitas del niño apodado “Paquito”.
“Le veía entrar en la tienda buscando guantes y ganchos”, recuerda Colon. “Entraba como el niño que entra en la juguetería, con los ojos bien abiertos”.
Por aquel entonces, Lindor visitaba ocasionalmente la tienda acompañado de Miguel Colón, su amigo de la infancia y compañero de equipo. “Era Disney para nosotros”, dice Colón, que empezó a trabajar en Al’s como vendedor unos meses después del lanzamiento de las New Balance Lindor 1.
“Crecimos juntos y nunca podríamos haber imaginado algo así”, dice Colón, que jugó con Lindor desde que tenían 4 años hasta los 11. “Nunca hablamos de que tuviera una línea de zapatillas New Balance (…) de conseguir ese contrato. Sé que la gente juega por dinero, pero él ama el deporte. Esa es la razón por la que sonríe todo el tiempo”.
La familia Lindor se trasladó a Florida cuando “Paquito” tenía 12 años. Asistió a la Academia Montverde, situada cerca de Orlando (hoy en día, el complejo de béisbol del instituto lleva su nombre), y Lindor consiguió jugar a un nivel que le hizo entrar en el equipo de béisbol de instituto All-USA de USA Today. Lindor se comprometió a jugar en la FSU hasta que los Indios de Cleveland seleccionaron al joven de 17 años en octavo lugar en el Draft de las Grandes Ligas de 2011.
Decidió renunciar a su beca completa en la FSU para firmar un contrato con Cleveland por 2,9 millones de dólares. Unos meses después, los Indios de Mayagüez seleccionaron a Lindor en la segunda ronda del draft de la Liga de Béisbol Profesional Roberto Clemente, el circuito de béisbol de invierno de Puerto Rico. A pesar de ello, Lindor se quedó en tierra firme, trabajando para hacer realidad su sueño de una carrera en las Grandes Ligas.
“Era un diamante que necesitaba ser pulido”, dijo Colón. “En Estados Unidos tenía las herramientas para hacerlo”.
Lindor debutó en las Grandes Ligas en junio de 2015, con el uniforme de los Indios. En los 16 meses siguientes, hizo su primera aparición en el Juego de las Estrellas, ganó el Guante de Oro y fue campocorto titular en la Serie Mundial. New Balance le seguía la pista desde sus días como All-Star en el instituto.
“Francisco siempre estuvo en nuestro radar”, dice Neil Brooks, jefe de marketing de béisbol del fabricante de ropa deportiva. “Durante el año de su elección en el draft, estábamos comenzando a desarrollar nuestro plan para armar una lista con peloteros más jóvenes. Después de verle jugar en el instituto, nos dimos cuenta de que siempre jugaba con energía y amor por el deporte. Se notaba que transmitía un ambiente diferente al de algunos jugadores de béisbol de la escuela secundaria de la época. Fuera del campo, sabíamos que era una persona extremadamente respetuosa y generosa. Pero aparte de todo lo anterior, tenía el estilo que sabíamos que queríamos”.
A pesar del interés de la compañía, New Balance no tenía inicialmente suficiente estilo para atraer a Lindor. El infielder admite que, al principio, no sintió mucho interés en vincularse con la marca.
“Durante la Serie Mundial de 2016, algunos representantes de New Balance se acercaron a mí y me dijeron: ‘Oye, hablaremos contigo durante la temporada baja’. ‘ Siendo muy honesto, dije: ‘Bueno, no sé'”, recuerda Lindor.
“Por aquel entonces, New Balance no estaba de moda”, continúa Lindor, que se ha forjado una reputación como uno de los jugadores de las Grandes Ligas con más estilo, tiñéndose el pelo de todos los colores imaginables y llevando cadenas extremadamente llamativas. “Siempre percibí New Balance como la marca que llevaban mi padre y mis abuelos, ¿sabes?”.
Lindor pasó sus primeros cinco años jugando en las Grandes Ligas con zapatillas de la marca rival Under Armour. Sin embargo, el contrato de Lindor con la marca expiraba al inicio de la temporada baja de 2016, después de que Cleveland perdiera en las Series Mundiales ante los Chicago Cubs. Como resultado, Lindor se convirtió en un agente libre de calzado deportivo. Recibió un cargamento de productos New Balance y su percepción de la marca cambió inmediatamente. En particular, a Lindor le gustaron las suelas hechas de plástico compuesto, en lugar de los tradicionales clavos de metal.
“Me las puse y recuerdo que le envié un mensaje a mi agente, diciendo: ‘Herman, esto es completamente diferente a lo que he estado usando. Definitivamente tenemos que tener esta conversación'”.
Brooks, que reside y trabaja en Florida, condujo en 2016 a la casa donde Lindor pasa la temporada baja para entregar una propuesta oficial. En febrero de 2017, Lindor formalizó su asociación con New Balance a través de un contrato multianual que convirtió al puertorriqueño de 23 años en la cara de la división de calzado de béisbol, principal generador de ventas de la marca.
Sorprende saber que nombrar una zapatilla de New Balance con su nombre no siempre fue parte del plan de Lindor… al menos en su mente.
“Durante una reunión; justo antes de que le contratáramos, o poco después, recuerdo haberle oído decir que no quería crear un modelo de zapatilla con su nombre”, dice Matt Nuzzo, director de productos especializados en béisbol de New Balance. “Su agente decía: ‘Espera, espera, espera… ¿qué acabas de decir?’. Francisco sentía que tenía que ganarse ese derecho. En mi opinión, eso decía: ‘Este chico es diferente'”.
Lindor asumió su reto personal y enlazó una impresionante temporada 2017 en las mayores. Bateó .279, con 33 jonrones, 44 dobles y 89 carreras impulsadas. Recogió el primer Slugger de Plata de su carrera, además de terminar quinto en la votación del Jugador Más Valioso de la Liga Americana.